domingo, 18 de octubre de 2009

El principio Principito

“Así pues he tenido durante mi vida montones de contactos con montones de gente seria. He vivido mucho en el mundo de los mayores. Los he conocido muy de cerca. Y esto no ha contribuido a mejorar mi opinión.
Cuando me encontraba con alguno que me parecia un poco lúcido, le ponía a prueba con mi primer dibujo, que conservo aun hoy. Quería saber si de verdad era comprensivo. Pero siempre contestaba: ‘Es un sombrero’. Entonces no le hablaba de serpientes boas, ni de selvas vírgenes, ni de estrellas. Me ponía a su altura.” ( de Saint- Eixupéry, Antoine. El principito, Barcelona, Promedio S.L., 2008, pp.28-29)

5 comentarios:

  1. Primera en comentar.
    Nada que comentar. Muy manido ya El principito, aunque no pase de moda.
    Tú eres mucho más incisiva.
    Por cierto, relee los post antes de publicarlos, las erratas no molan nada (aprecia).

    Mil besos y suerte en esta avuentura. Te quiero mucho.

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  2. okis, oido cocina, tenia que empezar por algo, y auqnue sorpenda "El principito" no lo habia leido, jejejej.
    Tiempo al tiempo anuska. Espero seguir recibiendo comentarios

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  3. Cuando encuentres la forma de comunicarte con la cota 0 me lo dices...

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  4. ¿Qué aplicaciones tiene el concepto de lo “táctico” para un artista contemporáneo, en España, por ejemplo, con las inmensas posibilidades puestas a su alcance por las instituciones culturales?
    En el barrio Santa María había una gracia fenomenal: allí vendían una carne que le decían de bragueta, de la bragueta de los que estaban trabajando en el mataero, que cuando se despistaba el encargao, cogían, le cortaban un peaso a la res, y se lo metían dentro la bragueta pa que le cayera abajo por los calzoncillos de entonces que se ataban en los tobillos. Y después cuando llegan a casa le daban la carne a su mujer y la vendían por las casas: “¡Carne de bragueta! ¡Carne de bragueta!”.
    Y ¡no veas la carne de bragueta!, carne de ternera de la mejor, y claro, si en la plaza valía un kilo tres o cuatro duros, pues ellos lo vendían a doce pesetas y era la misma carne.
    (Historieta entresacada de la colección Las mil y una historias de Pericón de Cádiz, cantaor flamenco, edición de J. L. Ortiz, Sñílex, Madrid, 1990).

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  5. A lo mejor ya lo has visto pero sobre la Historia del pavimento de esta ciudad, hay mucho de lo que hablar
    http://www.levante-emv.com/valencia/2009/11/11/valencia-barcas-tendra-tercer-pavimento-quince/650188.html

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